"Jugar es imprescindible para el desarrollo de la persona"
Elegir un juego con libertad y voluntad es fundamental para los chicos ya que la actividad lúdica influye en el perfil de adulto y permite adquirir sentido crítico, de acuerdo con IPA Argentina, una asociación que trabaja para garantizar el derecho a jugar sin importar cuantos años se tengan
Cuando un niño escoge un juego, no está optando solamente por un pasatiempo sino que su elección implica un aprendizaje, una construcción de su personalidad que definirá posteriormente su perfil. Por este motivo una organización internacional con representación en más de 50 países trabaja por el cumplimiento del derecho a jugar de los chicos, tal como lo reglamenta el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos de los Niños de las Naciones Unidas: “Todo niño tiene derecho al descanso, al esparcimiento, al juego y a la participación en actividades culturales y artísticas”, y los estados que adhirieron a esa reglamentación lo deben respetar.
La Asociación Internacional por el Derecho del Niño a Jugar (IPA) nació en Dinamarca en 1961, ante la preocupación de un grupo de especialistas en la infancia por la desaparición de los espacios verdes.
La organización es interdisciplinaria y sus miembros trabajan para o con los niños; su misión es que el juego forme parte de la educación formal y no formal de todos los niños, adolescentes y adultos; y que se facilite y reconozca al juego como un derecho y una necesidad social, psicológica, cultural y pedagógica del desarrollo integral del ser humano. Además es reconocida por el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC), y tiene status consultivo con UNESCO y UNICEF.
En Argentina la iniciativa llegó hace aproximadamente 28 años, de manos de una reconocida pedagoga, Marta Glanzer, que comenzó a conformar un grupo interesado en la problemática del juego. En la actualidad IPA Argentina es una asociación civil conformada por un grupo de profesionales con salida a la comunidad, que realiza proyectos en pos de mejorar la calidad de juego entendiendo que el jugar es una parte fundamental de la conformación de la persona y que de acuerdo a como haya sido su experiencia en el tema será su manera de desenvolverse en sociedad.
Hablar de derecho a jugar para muchos es una obviedad, pero hoy muchos chicos no tienen espacios de juegos y eso trae aparejado un hombre que no es el deseado para la sociedad. “La falta de juegos hace a un perfil de hombre que es justamente el que no queremos: uno memorista, pasivo, sin reflexión crítica, no creativo, que luego será captado por el estrés y la depresión, porque no tiene las herramientas para enfrentar la vida”, explica la profesora Beatriz Caba, presidenta de IPA Argentina en su paso por Mar del Plata acompañada por la licenciada Elsa B. Aubert, para brindar conferencias y talleres para padres y docentes.
“Independientemente de la institucionalización del derecho nuestro criterio para con los chicos es que hay que dejarlos jugar, porque es el lenguaje por el cual ellos comprenden el mundo y se pueden desarrollar integralmente”, agregó.
La perdida de los espacios verdes, la inseguridad, el exceso de trabajo por parte de los adultos, hacen que los chicos vean sus lugares de juego reducidos a lugares cerrados, como su casa, la escuela, o cualquier otro ámbito donde puedan ser protegidos de los peligros del exterior y permitan a sus padres desarrollar sus actividades habituales. Estos cambios sociales y culturales hacen que “en todos los espacios el jugar esté siendo relegado, obstaculizado o dejado de lado, y por lo tanto no se le está dando la importancia constitutiva que tiene para el ser humano”, explica Caba, dando cuenta de la importancia que requiere el jugar para la persona.
“Colectivamente hay una cosa de pasatiempo, de superficialidad, o no darle la categoría de subjetivamente que tiene para el niño ese tiempo y espacio de juego. En muchas escuelas se prioriza el contenido y la disciplina, en la casa el trabajo de los padres hace que los chicos pasen mucho tiempo solos y poco tiempo acompañados” y en consecuencia los tiempos de juegos se relacionan con pasar más horas con la computadora o mirando televisión, en vez de tener “más que juego libre y con lo que quiero y con lo que necesito”.
- ¿Qué características debe tener un juego para que sea apropiado?
Caba - Para decir que es apropiado un juego tendría que recurrir a la palabra: Libertad. Es decir, si hay libertad de elección, si el chico puede decidir a que jugar, si no está mediatizado en el poco tiempo o en el poco espacio, es un juego apropiado. Si estoy escuchando y mirando que es lo que ese chico necesita y le interesa para jugar, creo que ese juego es acertado. Además el juego tiene que ser voluntario. Se debe tener ganas de jugar.
Aubert – Además es importante la alegría que le da a uno y al que se le está proponiendo jugar o dando permiso para que lo haga. Porque ese otro, sea un chico o un grande, también te está afirmando que le gusta el juego con su alegría, indica que es la elección correcta. El juego no surge la imposición, hay que esperar y respetar los tiempos del otro.
- ¿Cómo se determina el tiempo destinado al juego?
Caba: Los límites lo pone la misma realidad, hay un tiempo para todo. Pero si a un niño se le dan diez minutos para jugar, no le va a alcanzar. El chico necesita tiempo para jugar, porque esa actividad tiene un comienzo, un desarrollo y ellos mismos lo cierran.
Aubert: Es muy común ver en un mismo campo de juego diferentes escenas, territorios, todos están jugando en el mismo lugar, pero a cosas distintas, con su propio lenguaje y alternando roles. La imaginación los lleva a querer desarrollar ese juego que comenzaron y en el cual acordaron intuitivamente hacerlo con los otros.
Caba: Los chicos se toman su tiempo para entrar en una situación de burbuja mágica, como lo define Marta Glanzer (uno de los miembros fundadores de IPA en Argentina). La burbuja transparente mágica es esa situación en la que el chico se mete y hace que todo lo de afuera no importe, es como el tercer espacio y ahí es justamente donde el niño crea, desarrolla su creatividad y se construye como persona. Por lo cual resulta fundamental ese tiempo.
Sin embargo el ritmo del adulto es otro, quizás cuando el chico entró definitivamente en el juego, ya hay que pasar a otra actividad. Pero ellos son muy flexibles y se adaptan a los cambios. Cuando el corte del juego es siempre abrupto resultará nocivo para el niño, pero si pasa una o dos veces no traerá consecuencias. Lo importante es que el adulto sepa la mayoría de las veces respetar ese momento. Si uno respeta esos espacios y esos tiempos que los niños tienen se está apoyando un desarrollo mucho más feliz de su personalidad.
- ¿Hay una edad límite para jugar?
Caba - Toda la vida se puede jugar. En IPA se trabaja no solo por el derecho de jugar de los chicos, sino también con los adultos. ¿Si a un adulto no se le permite jugar, permitirá que lo haga un niño? Es un círculo…no hay tiempo para dejar el juego. La diferencia es que los adultos transformamos los espacios. Quizás el espacio de juego de los chicos se transforma en una actividad artística, en salidas - como ir al cine -, en deportes, o sigue el juego mismo como un hobby. El defender tu espacio de libertad de hacer es hasta que la vida lo determine...
Fuente: http://www.diarioelatlantico.com/diario/2010/08/11/15635-jugar-es-imprescindible-para-el-desarrollo-de-la-persona.html
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